Miami se está adentrando en un nuevo "boom" inmobiliario, alimentado por las inversiones de latinoamericanos principalmente, que ha transformado la fisonomía de la ciudad y que tiene en las viviendas de lujo uno de sus grandes ganchos.
Según el último informe de Christie's sobre el mercado de inmuebles de lujo, Miami y sus alrededores se colaron en 2012 entre los principales mercados de este tipo en el mundo, gracias a la recuperación generalizada de la demanda y a los bajos precios.
"Los compradores extranjeros han estado comprando propiedades de lujo en Miami como resultado de la incertidumbre sobre sus monedas, que a menudo se han devaluado con respecto al dólar", explicaba esta semana Ron Shuffield, de Esslinger Wooten Maxwell Realtors.
Sin embargo, Christie's calcula que el 55 % de las compras que se cerraron entre octubre de 2011 y septiembre de 2012, ambos meses incluidos, fueron realizadas por residentes de Miami y se trató de inversiones en primeras residencias, muchas de ellas en zonas relativamente céntricas de la ciudad.
"Nunca he sido partidario de que la gente se mude cada vez más y más lejos de la ciudad. Creo que debe reencontrarse en el centro para que pueda hacer todo caminando, como ocurre en Chicago, Nueva York o Londres", explica Jorge Pérez, uno de los artífices del diseño actual de Miami, donde cada vez se tienden más a la concentración vertical.
En una entrevista con Efe, Pérez, presidente de The Related Group, reconoció que su compañía tiene una gran responsabilidad en ese diseño que empieza a caracterizar a Miami, gracias a grandes edificios de apartamentos donde los "penthouses" suelen hacerse de lujo, pensados para grandes fortunas que quieren tener intimidad y buenas vistas, pero en zonas céntricas.
"Lo estamos logrando: Se ha creado una densidad bastante grande en los últimos diez años. Antes en la calle se veían dos o tres taxis, y ahora se ven muchísimos y el servicio de transporte urbano se está desarrollando y mejorando", afirma.
Se calcula que en Miami había a finales del año pasado más de dos mil residencias con un precios superior al millón de dólares, la mitad que en Nueva York, pese a que la población de su área metropolitana no llega ni a representar una cuarta parte de la neoyorquina.
Según Christie's, el 70 % de las viviendas compradas el año pasado por más de cinco millones de dólares en Miami se pagaron en efectivo, un porcentaje que, aunque parece elevado, es inferior al 90 % de Nueva York o al 100 % de Los Angeles.
"Hace diez años, uno iba a Flagler (la calle central de Miami) a las seis de la tarde y disparaba con una ametralladora y no le daba a nadie. Miami era una ciudad fantasma", recuerda Pérez.
"Eso ha cambiado -defiende el promotor-. No se ha producido un cambio tan rápido en ninguna otra ciudad del mundo. En diez años hemos creado una 'ciudad'".
"Siempre nos hemos enorgullecido de saber ver dónde estaban las zonas nuevas. Cuando comenzamos en el Downtown con los primeros condominios de lujo la gente me decía 'estás loco, aquí no va a vivir nadie', pero ahora se ha expandido la ciudad y ya llega a (lo que se conoce como) Midtown y Design District", recuerda.
La compañía empezó en Miami Beach y luego se pasó al Miami continental, donde "tomamos muchos riesgos: empezamos a construir mucho y ahora hemos seguido hacia el norte, pero siempre son áreas a las que se puede llegar en bicicleta".
"Siempre tenemos miedo de que venga otra depresión económica como la de 2007, cuando el mercado se cayó porque habíamos construido demasiado", explica Pérez. "Perdimos mucho dinero en ese ciclo, pero fue bueno para Miami porque ahora los edificios están llenos".
En ese sentido defiende que "si no hubiera sido por todos aquellos edificios que construimos el centro urbano Miami no hubiera crecido como lo ha hecho".
El "boom" del lujo ha favorecido que los precios de las viviendas en Miami y en el conjunto del sur de Florida ya estén a niveles de 2003, tras subir en torno al 11 % en el último año, tras trece meses consecutivos de subidas interanuales. Incluso el alquiler registra subidas medias del 15 % interanual.
Según el índice Case-Shiller, en el sur de Florida los precios de compraventa subieron en 10 % en 2012, un avance superior, por primera vez, al que se registraba en 2006, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, aunque los precios aún están un 45 % por debajo de su máximo histórico, en mayo de 2006. Comparando con el índice Case-Shiller nacional, los precios de Miami registraban en mayo-2013 una spread positivo del +20% con una tendencia a acelerarse a niveles de entre +23% o +27% de diferencia con respecto a la media nacional.
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